Tijeras para todas. Textos sobre Violencia Machista en los Movimientos Sociales

Recopilación de testimonios, textos y reflexiones.

TIJERAS para todas pdf

Rompiendo imaginarios: maltratadores políticamente correctos:

«No sólo es cómplice quién defiende explícitamente al violador sino
también quien, hombre o mujer, fomentando dudas, difundiendo voces, deslegitimando la palabra
de las mujeres, crea un clima en el que los violadores siguen manteniendo la libertad de moverse
tranquilos por la ciudad. Cómplice es también quien en nombre de la «razón de Estado» y de la
prioridad de la política deja intactas e inalteradas las condiciones, los lugares, las dinámicas en las
que la violación ha ocurrido. Cómplice es también quién transforma la violación ocurrida tras los
muros domésticos en una simple «falta de tacto» de un hombre hacia una mujer, particularmente
sensible, en la regla de un ámbito privado en el que cualquier límite está en suspenso.» Página 10.

«¿Quién iba a creer (entre ellas yo misma) que esa persona fuera un maltratador?
Así, criticar a un «buen compañero» tiene con frecuencia la contrapartida de recibir la acusación
de estar haciendo el juego al sistema y de no entender que hay problemáticas más importantes a
afrontar; y las mujeres que se han atrevido a esto son acalladas, escarnecidas, ignoradas,
excluidas, cuando no amenazadas— y acusadas de ser cómplices de los adversarios políticos.» Página 13

¿Quién teme a los procesos colectivos? Apuntes críticos sobre la gestión de la violencia de género en los movimientos sociales. 

«Hay incluso formas de trasladar el asunto a un plano personal dentro de una gestión colectiva. Por ejemplo, cuando se plantea cualquier trabajo del colectivo como hecho por y para la “víctima”, en vez de una tarea que el colectivo necesita para sí; cuando la intervención del grupo se plantea
como una forma de mediación entre las “partes afectadas”; o cuando se define el problema como un asunto particular del colectivo a ser resuelto de puertas adentro, o lo que es lo mismo, la versión numerosa de los trapos sucios se lavan en casa. Es decir, colectivizar no es condición suficiente para hacer política.» Página 29